Este proyecto surge de la necesidad de adaptar una vivienda rural a las nuevas exigencias de sus propietarios, combinando tradición y modernidad en un diseño que respeta el entorno natural y realza el encanto de la arquitectura rústica. La transformación no solo se centró en la renovación estética, sino también en la redistribución de los espacios para optimizar la funcionalidad y mejorar la calidad de vida de los habitantes.

UNA DISTRIBUCIÓN DISEÑADA AL DETALLE

Cada rincón de la vivienda ha sido pensado hasta el último detalle, manteniendo la esencia de una casa de campo acogedora y cálida, pero con un enfoque contemporáneo que mejora la comodidad y la eficiencia. Se ha trabajado en una nueva distribución de los espacios para hacerlos más funcionales, luminosos y conectados, aprovechando al máximo las vistas al entorno natural.

MATERIALES Y ESTÉTICA: LA ESENCIA DE LO RÚSTICO

Las casas de campo tienen un encanto especial que proviene tanto de su ubicación privilegiada como de los materiales que las conforman. En este proyecto, se ha apostado por una paleta de colores tierra y revestimientos naturales que potencian la calidez del espacio. La piedra con acabado envejecido en muros y detalles estructurales, combinada con vigas de madera a la vista, aporta un equilibrio entre rusticidad y elegancia, logrando un ambiente sereno y atemporal.

Para reforzar esta sensación acogedora, se han elegido suelos de madera natural, textiles de fibras orgánicas y una iluminación cálida que realza la textura de los materiales, creando una atmósfera envolvente y armoniosa.

UN SALÓN – COCINA COMO PUNTO DE ENCUENTRO

Uno de los cambios más significativos en la redistribución de la vivienda ha sido la integración de la cocina con el salón, generando un espacio diáfano y funcional que fomenta la convivencia familiar. Para ello, se ha diseñado una cocina abierta que se conecta visualmente con el salón a través de una isla central con taburetes, convirtiéndola en un punto de reunión perfecto para compartir momentos en familia o con amigos.

La isla no solo cumple una función estética, sino que también permite una mayor interacción mientras se cocina, convirtiéndose en un espacio multifuncional ideal tanto para comidas informales como para reuniones. La elección de mobiliario en madera y detalles en hierro forjado refuerza el carácter rústico sin perder la funcionalidad de una cocina moderna.

RESPETO POR EL ENTORNO Y CONEXIÓN CON EL EXTERIOR

Uno de los grandes valores de esta vivienda es su ubicación privilegiada en un entorno natural. Por ello, el diseño ha buscado maximizar la conexión con el exterior mediante amplios ventanales y puertas acristaladas, que permiten la entrada de luz natural y ofrecen vistas panorámicas del paisaje circundante. Además, se han incorporado terrazas y porches cubiertos, que amplían los espacios habitables y brindan rincones perfectos para el descanso al aire libre.

La reforma no solo ha priorizado la estética y la distribución, sino también la eficiencia energética, con el uso de materiales aislantes, sistemas de climatización sostenibles y una correcta orientación para aprovechar la luz natural y reducir el consumo energético.

UN HOGAR CON ALMA Y CARÁCTER

Este proyecto no solo ha transformado una vivienda rural en un espacio moderno y funcional, sino que ha logrado conservar su alma rústica, respetando su historia y adaptándola a las necesidades actuales de sus propietarios. El equilibrio entre tradición y contemporaneidad, el uso de materiales naturales y la apertura de espacios han dado como resultado una casa cálida, acogedora y en total armonía con su entorno.